05 septiembre, 2008

El mago triste

En un día frio y triste donde caen las gotas de lluvia en las ventanas de los edificios viejos, el mago acaba de perder su vida. Se ha ido esa magia que nos envolvía y el conejo que saltaba a llevarnos a un mundo de colores y fantasía, ha terminado su función. Ha caído en depresión y la enfermedad letal de la tristeza. Prefiere dormir en un sombrero oscuro y mojado a encontrarse con la realidad de su amo triste y solo

Era algo simplemente maravilloso ver actuar a dicho personaje con el corazón en sus manos, con su amor puro de artista inocente en el escenario. Sin embargo hoy ha perdido su rumbo. Quiso caminar solo en busca de un café y olvidó los trucos con los que jugaba de Cupido para enamorar a un par de pájaros en el parque. Olvidó ese movimiento de manos con el que le daba vida a cualquier ser, persona o corazón apagados por el tiempo y las ironías del destino. En sus barajas encuentra aquella carta que no esperó en un año y la carta negra le muestra que la magia se ha perdido. Tal vez se la llevó la lluvia, o tal vez fueron las hojas o el viento. Quizas la tierra o quiza Platón y Aristóteles. El fuego en cambio sigue destrozando sin medida la vida de ellos.

En un día frio y triste donde caen las gotas de lluvia sobre el cuerpo derrotado por el destino, el mago esconde bajo su manga los diez diamantes, mientras su reina de corazones se aleja volando por el viento...

RaC